Historia

Frontón valenciano

El primer frontón documentado en tierras valencianas es el Jai Alai en las cercanías de La Alameda (Valencia) a finales del s XIX. El martes 12 de junio de 1894 el periódico El Mercantilpilotariak, Arana i Otxandiano contra Urzelain i Mondragon.anunciaba una partida a 50 tantos con el saque desde el 7 y medio que enfrentaría cuatro pelotaris vascos (pilotariak), Arana i Otxandiano contra Urzelain i Mondragon.

Después de estos orígenes foranios, el frontón valenciano ha evolucionado por su cuenta para jugar con una pelota diferente, la de tec, i unes medidas de la cancha diferentes. Pero no ha llegado a ser tan popular y bien considerado como las dos modalidades principales, la Escala i corda i el Raspall, las únicas que cuentan con jugadores profesionales.

Hoy en día, pelotaris vascos i valencianos suelen competir en partidas de exhibición o torneos organizados ad hoc, ya que tienen que jugar con pelotas i frontones extraños pera los dos estilos.

 

 

Historia pelota valenciana

El deporte de la pelota fue ampliamente practicado en la Antigua Grecia y fue introducido en la Península Ibérica por el Imperio romano que lo expandieron a otras regiones del imperio como las actuales Francia, Bélgia, Holanda o Italia dónde aún perduran diferentes variedades. En aquella época se jugaba a pelota con unas normas similares al actual juego valenciano de llargues.
En la Corona de Aragón fue un deporte muy popular practicado por miembros de la nobleza e incluso reyes (el humanista Arnau de Vilanova recomendó su práctica a Jaime II en 1305) si bien este éxito fue parte de su posterior pérdida de popularidad ya que para evitar problemas se prohibió su práctica en las calles quedando confinada a recintos cerrados que sólo podían mantener las clases adineradas. Además el hecho de que sólo en el Reino de Valencia existiera tradición de juego en trinquete propició su desaparición en los restantes territorios de la Corona de Aragón. Famoso por su trascendencia es el bando del 14 de junio de 1391 que promulgó el Consejo General de la ciudad de Valencia en el que prohibía su práctica en la calle:
Debido a que por ocasión del juego (de pelota) se decían diversas blasfemias en ofensa de nuestro señor Dios y de los santos y diversas injurias de palabra y hecho a las gentes andantes y permanecientes por las diversas calles y plazas de la ciudad ha nuevamente establecido y vedado que alguna persona privada o extraña de cualquier condición o ley de diez o más años no pueda jugar dentro de los muros de dicha ciudad (Valencia) al juego de pelota bajo pena de veinte morabatins de oro por cada vez que lo hiciera.

Trinquete.

Esta prohibición no afectó al juego de pelota en el Reino de Valencia estando censados a mediados del S XVI hasta trece trinquetes en la capital repitiéndose de manera periódica diversos bandos prohibiendo su juego en la calle. Sin embargo a mitad del siglo XIX los vascos dejan de jugar cara a cara para empezar a jugar a rebote en un frontón lo que junto con la invención del tenis, deporte similar pero de menos dureza física del que sólo se recibió como influencia el sistema de puntuación, limitaron la difusión de la pelota a mano prácticamente a Valencia y a regiones concretas de Bélgica, Holanda, el norte de Italia y el norte de Francia.
Desde este momento y hasta mitad del siglo XX es lo que se conoce como edad de oro de la pelota valenciana debido a que se disputaban numerosas partidas en las que se apostaban ingentes sumas de dinero y a que los jugadores eran auténticos héroes populares destacando pelotaris como Roquet de Penàguila, Bandera, Melero, Bota, el Nene, el Paler o el Pilotero.
Posteriormente la popularización de los deportes de masas, especialmente el fútbol, la expansión urbanística que provocó el derribo de numerosos trinquetes, el aumento de la circulación automovilística que dificultó el juego en la calle y la progresiva castellanización de la sociedad debido a la inmigración de gran cantidad de personas que no veían a la pelota como un deporte propio provocó que su situación en la década de los 60 del siglo XX fuera casi crítica.
Pero en ese momento la pelota volvió a resurgir y se puede decir que fue gracias a un hombre Francisco Cabanes el Genovés. La figura de este mítico pelotari atrajo a numerosos aficionados de vuelta al trinquete.
A este fenómeno se unió el proceso autonómico. Esta descentralización provocó que la Federación de Pilota Valenciana se desligara de la española, que recoge sólo las modalidades vascas, lo que permitió organizar numerosos torneos oficiales que incrementaron el interés de las partidas y una mayor profesionalización del deporte. Además las nuevas instituciones públicas han apostado decididamente por él, retransmitiendo numerosas partidas, contando con un programa semanal en la televisión pública valenciana, incluyendo noticias en los telediarios, ofreciendo recursos didácticos para su introducción en la asignatura de educación física y promulgando una normativa por la cual cualquier colegio o instituto valenciano de nueva construcción deba incluir una instalación para la práctica de la pelota.
Por ello, se puede decir que actualmente la pelota vive un periodo de recuperación como nunca antes se había conocido y sin duda el futuro adquiere buenas expectativas.